Burbuja Galactica

De todo el que pueda pasarse por este blog a leer las cosas sin importancia que escribo, aquellos que son cercanos a mi saben lo especial que fue el tiempo que viví en Valencia. Por muchas razones...porque fue el lugar donde verdaderamente maduré y donde comencé a vivir mi vida de "adulta" y a experiencias de las que te marcan y te llevas contigo toda tu vida. Valencia también ha sido muy especial por el lugar donde viví, el Barrio del Carmen, un lugar único, donde puedes vivir en paz en una ciudad..

Fue en el Barrio del Carmen donde, entre muchas otras experiencias viví mi fugaz romance con Beverly. Antes de conocerla yo ya soñaba con ella, pero nuestra relación se materializó una tarde de otoño, en la segunda planta del Corte Inglés, cuando decidí comprarme una mountain bike morada, marca "norecuerdo", modelo "Beverly". A simple vista me gustó su color, y luego de ponerle una canasta al frente, me gustó toda ella.

Desde esa tarde Beverly y yo fuimos inseparables...mis viajes a las 8 de la mañana con el frío de invierno hasta el Café Valiente para comenzar a trabajar se hicieron más que llevaderos, divertidos. Las noches mis amigos siempre sabían donde encontrarme, al reconocer a la Beverly frente al Café Negrito, Los Picapiedras o cualquier otro garito.

El único incoveniente en este amor era mi piso...ese nefasto piso en la cuarta planta de un edificio sin ascensor al final de la Caballeros...ese nefasto edificio donde me dejaba los pulmones cada vez que trataba de subir a la Beverly a casa, y donde mis vecinos me dejaron una nota "prohibiéndome" dejarla en el portal. Fue por esto que comencé a dejarla amarrada a un poste, incluso después de que un día le robaran la rueda de atrás..le compré otra nueva y una cadena extra...hasta que...........me la robaron entera!!! Cortando de tajo mi sueño de no depender de transporte público ni de coches nunca más...dejandome sin mi única posesión de valor!!

En los últimos dos años he vivido con el recuerdo de Beverly, incapaz de reemplazarla...hasta ayer. Ayer Alex y yo salimos decididos a comprarnos unas bicis. Caminando sin rumbo, buscando una de las tantas tiendas de bicis que hay en Fuzhou, nos topamos con unas estudiantes. A Alex se le ocurrió preguntarles por una tienda de bicis, y también se le ocurrió decir que si eran de segunda mano sería mejor. La chicas preguntaron y alguien les dijo de un mercado de bicis de segunda mano, en casa del.......y haciendo gala del servilismo chino, una de las estudiantes se ofreció a ir con nosotros.

Tomamos un taxi y....también haciendo gala del servilismo chino, el taxista al oir a donde ibamos, se ofreció a llevarnos a un "lugar" donde podríamos conseguir bicis por muy buen precio. Tal "lugar" resulto ser nada más y nada menos que el barrio de su hermano...un barrio de la China profunda, donde la gente nunca ha visto extranjeros, donde se armó tremendo alboroto cuando llegamos nosotros y donde nos comenzaron a llevar de casa en casa, por unos callejones donde no cabiamos dos personas al mismo tiempo...cada quien llevandonos a su casa, enseñandonos sus bicis y tratando de vendernoslas por los mismos precios que podíamos haberlas comprado en "Wal Mart". Después de ver las casas y bicis de unas 4 familias, y luego de no habernos decidido, volvimos a tomar un taxi, donde otro taxista se decidió a llevarnos a una tienda cerca de la universidad (mencioné que esto pasó a las 10 de noche?).

Finalmente, en esta tiendita y tras 2 horas de negociaciones, via nuestra traductora/estudiante, compramos dos bicis, una de ellas morada...quedando Beverly guardada en el pasada, no olvidada, pero sí reemplazada.

La nueva bici no tiene nombre todavia, pero lo tendra pronto...y espero poder vivir tan buenas experiencias con ella, como con la Beverly...y sobre todo, espero que me dure y no se vuelva muy atractiva para los amantes de lo ajeno.